Si tuvieramos que salvar a algún jugador madridista del naufragio ante el Girona, sólo podríamos echarle el salvavidas a Isco Alarcón. El malagueño es el único que se mantiene vivo en esta decadencia que está demostrando el Real Madrid.
Pese a que Isco lo intentó una y mil veces, y de millones de formas diferentes, ninguno de sus compañeros le acompañaban para solucionar la catástrofe que se estaba viviendo en Montilivi.
Isco no tiró la toalla en ningún momento ante el Girona, cuando el equipo ya lo había hecho. Ni siquiera tras el encuentro, en zona mixta, cuando el malagueño dejó claro que este Real Madrid volverá para cerrar bocas.
Con el centro del campo desaparecido, el malagueño volaba sobre el césped para intentar recuperar el esférico en la zona defensiva. Una vez suyo, se lanzaba al ataque, ataque en el que no le acompañaba nadie, con un Cristiano Ronaldo a la cabeza de la crisis madridista.
Isco brilló en Motilivi ante la oscura pesadilla que vivió el madridismo. Tal y como informa 'Marca', fue el que más pases completó en campo contrario, con 47; el que más toques dio al balón, con 109; y, por si todo esto fuera poco, batió el récord 'merengue' de regastes en un sólo partido, con seis.
No lo decimos nosotros, lo dicen las cifras. Lo dicen los 14 duelos que ganó sobre el césped catalán, lo dice su mapa de calor, con el mayor movimiento registrado de todos los hombres de 'Zidane'. Isco contra el mundo.