En el fútbol se denomina 'biscotto' a cuando dos equipos se conforman con un resultado que favorece a ambos, aunque perjudique gravemente a un tercero.
Eso ha ocurrido en el Mundial Sub 20. Se clasificaban para octavos los dos mejores de cada grupo, y los cuatro mejores de los seis terceros.
Argentina empezó la tercera jornada con cero puntos, y debía ganar y que el resto de equipos que luchaban por ser uno de los cuatro mejores terceros no lo hiciera.
Demasiadas variables para que fuese sencillo. Y no lo fue. Alemania, que tenía un punto, ganó, como era de esperar, a la débil Vanatu. Costa Rica hizo lo propio con Zambia, la sorpresa de la jornada que arruinó a Irán, de paso.
Y en el Italia-Japón se clavó el penúltimo clavo del ataúd 'albiceleste'. Ganaban los transalpinos por 2-0, pero Japón remontó hasta empatar. Y llegaron los minutos de la verguenza.
El empate permitía sumar a ambos 4 puntos y clasificarse casi seguro los asiáticos como uno de los mejores terceros. Y se pasaron los últimos tres minutos reglamentarios, más el descuento, haciendo como que jugaban.
Pases horizontales sin peligro y ninguna presión. Que pase el tiempo que a nosotros con el empate nos vale, se veía claramente.
Italy & Japan have shown how does a smelly sushi is dipped into contaminated carbonara sauce taste like. Disgraceful game from both teams. pic.twitter.com/BOYDxReo04
— Sivan John (@SivanJohn_) 27 de mayo de 2017
Esto deja a Argentina pendiente de un finísimo hilo. Una doble carambola: que Arabia (3 puntos) no puntúe ante Estados Unidos, y que Vietnam (1 punto) no gane a Honduras, colista de su grupo con dos derrotas.