Parece imposible que el Valladolid no esté la próxima temporada en Primera División. Sin embargo, la humildad obliga a ser cauto. También un ejemplo reciente en esta misma competición. De hecho, está bastante reciente. Sobre todo en la memoria del goleador blanquivioleta...
Antes de que Pablo Machín y su Girona lograran subir a la élite, el año anterior tuvieron que digerir un doble varapalo. Primero, viendo cómo se quedaban sin el ascenso directo en la última jornada merced a un gol en el tiempo de añadido del Lugo. Posteriormente, en las semifinales del 'play off'.
Todo parecía más que hecho tras la exhibición en La Romareda. El Girona ya ganaba por 0-2 al descanso y a la hora de juego había conseguido una ventaja que se antojaba crucial. Y justamente Jaime Mata había anotado los tantos que abrieron y cerraron la cuenta.
El drama gerundense tuvo lugar solo tres días después, un 14 de junio. En un partido kamikaze de los zaragozanos, todo les salió a pedir de boca. Un doblete de Willian José ponía el 0-2 a los 34 minutos. Y Leandro Cabrera igualaba la eliminatoria en el 43.
Sensiblemente aturdido, el Girona encajó el 0-4 a los 67 minutos. Seis después, Aday Benítez insuflaba algo de vida, aunque fue una esperanza inerte.
El equipo de Machín encajó el palo de su vida. Y luego, en la final, el Zaragoza acabaría cayendo contra Las Palmas. Que le pregunten a Jaime Mata si el Valladolid es ya de Primera.