El técnico francés ya lo ha dicho en repetidas ocasiones: confía en toda su plantilla, también en James. El único problema, bendito quebradero de cabeza, es que todos sus futbolistas tienen mucha calidad y no puede alinearlos a todos.
Zidane trata de rotar para que todos sus futbolistas puedan demostrar de qué pasta están hechos. Ayer, James se reivindicó con un gran partido.
No sólo marcó... El 'cafetero' asistió y participó de lo lindo en la goleada 'merengue' al Eibar, demostrando que merece un hueco en el once de Zizou.
No queda ni rastro de aquel James que, tras el Mundialito, se planteaba su marcha del Real Madrid. El futbolista cambió su actitud y está demostrando que quiere quedarse.
Ahora, James seguirá luchando por ser uno de los fijos en los planes de Zidane. La misión no será fácil, pero seguro que vale la pena.