En una trepidante final en la que apareció hasta el VAR, Catar terminó haciendo historia al conseguir su primera Copa Asia. La fiesta comenzó en el césped y se trasladó hasta el vestuario, sin contar los miles de aficionados que celebraron el títutlo por todo lo alto.
Japón, mientras tanto, dio un ejemplo a todos. El combinado japonés se encargó de dejar completamente limpio el vestuario que utilizó durante la final y, además, mostró su agradecimiento con un mensaje de gracias.
Los japoneses lo dejaron escrito en la pizarra blanca en japonés, árabe e inglés antes de marcharse tras perder el título.
Así dejó Japón