El Atlético de Madrid fue merecedor de la victoria si se analiza el 90% del partido. Pero, además, de manera muy clara. Tras muchas tardes de tristeza, empezaban a salir las cosas sobre el verde del Metropolitano. Los de Simeone controlaron, dominaron y propusieron, con algunos nombres destacados. Lodi, con poco protagonismo, estuvo a un gran nivel; Herrera, con más banquillo que césped, se hizo grande; y especialmente Joao Félix.
El portugués mostró el talento que todos sabemos que tiene, pero que no siempre logra sacar. Este tipo de futbolistas, los 'jugones' de toda la vida, necesitan la sonrisa para brillar. Se dio el caldo de cultivo, con una grada entregada y con la confianza del '7' por todo lo alto tras marcar cuando apenas se llevaban siete minutos de partido.
Lodi centró a la perfección desde la izquierda y Joao, como si de un 'killer' se tratase, metió la cabeza con decisión para, tras darle al palo, mandar la bola al fondo de la portería. Necesitaba algo así el equipo. Necesitaba algo así el Atleti. Con la cosa cuesta abajo, la sonrisa de jugón le empezó a salir al ex del Benfica, que contagió a todo un equipo para pasar de las grises versiones recientes a las grandes noches europeas y las mejores versiones del Atleti.
Bajémonos de la nube un momento para especificar que, a todo eso, ayudó mucho el Manchester United. Un United que a los que lo siguen con asiduidad ya no les sorprende, pero sigue extrañando ver cero producción ofensiva en un equipo con Pogba, Bruno Fernandes, Rashford, Sancho y Cristiano. Rangnick no está logrando sacar el jugo que quisiera de tanto renombre arriba, pero es que hoy ni siquiera lograron sus jugadores aparecer de zona de tres cuartos en adelante.
Antes del gol, Lindelöf salvó en el suelo el remate a bocajarro de Giménez y Joao Félix había avisado con un tiro desviado. Pero nada pasó en el área de Oblak. Lo primero punible llegó a los 15 minutos, con un disparo de Bruno Fernandes desde muy lejos que acabó en saque de esquina tras dar en un defensa.
Tras un inicio más que animado del Atleti, el partido bajó revoluciones y se ajustó a un guion quizá más esperado. Hubo más intensidad y pausa que electricidad y ataque, aunque los que aparecían tenían todos el mismo color rojiblanco.
En el 28', Joao Félix volvió a aparecer. Intentó cazar casi de espaldas a la portería un centro de todo menos medido y mandó la bola por encima del larguero. No es la intención de esta crónica hacer creer que el luso jugó el mejor partido de su vida. Pero sí que demostró que quería estar en todas y que tenía esa dosis extra de motivación que le hacía intentar hasta lo más alocado.
Dos claros ejemplos se vieron en la segunda parte. Primero, hizo un caño casi sin querer. Convirtió un pase demasiado corto de un compañero en una maniobra estirando la piernas hacia atrás para darle a la bola y lograr hacerle un cacheo a su par. Y más tarde, se atrevió con una chilena que no por poco exitosa debe ser menospreciada. Las evidencias de que el '7' estaba 'on fire'.
Pero antes de eso, el Atleti se pudo ir con mayor ventaja al descanso. Sí que avisó el Manchester United por medio de Cristiano, gris y ausente como el resto de sus compañeros. Su disparo desde la frontal, raso y fuerte, se fue directamente fuera. También lo hizo Reinildo con un zurdazo al lateral de la red, pero la verdadera advertencia llegó en el 45'. Versaljko, en el área chica, apenas tuvo tiempo para picar un cabezazo que, tras dar en el césped, se estrelló contra el travesaño.
Con Joao, feliz; sin Joao...
Tan verdad es que el Atlético había merecido su 1-0 e incluso más como que esa sensación se fue diluyendo con el paso de los minutos en el segundo tiempo. Empezó fuerte el cuadro 'colchonero' con disparos de Joao Félix y Marcos Llorente, pero el físico y las piernas empezaron a fallar. No es que el United diera un paso adelante, es que el Atleti empezó a ralentizarse hasta acercarse al nivel plano y soso de los ingleses.
Rashford tiró muy desviado desde lejos y Sancho se topó con Herrera con un latigazo que iba a portería con muy malas intenciones. No, no fueron siquiera ocasiones, pero sí sensaciones de que la cosa estaba cambiando. La última vez que el Atleti se asomaría al área rival fue en el 75', con un zurdazo de Kondogbia desviado que buscaba la escuadra.
Justo después, Simeone quitó a Joao Félix. Y a Renan Lodi, que se había resentido de alguna molestia. No sería casualidad que, en ese momento, el Atlético perdiera su magia y, al final, su mínima renta.
Cristiano Ronaldo, en su segunda y última aparición, tiró fuera una falta desde la frontal que no tuvo tiempo a caer. Fue la antesala del empate, un 1-1 que lograría Elanga, un sueco de 19 años con una pinta tremenda, en el primer disparo a puerta de su equipo. Y era ya el minuto 80.
Bruno le encontró entre líneas y el atacante se benefició de la caída de Reinildo en el intento de llegar a la bola y de Oblak, que estaba algo descolocado y que se dejó vencer al lado contrario de donde definió el joven 'red devil'. De primeras, la cambió de palo y cambió el sabor de toda la grada del Metropolitano.
No es fácil recibir un mazazo así en la recta final, pero incluso el Atlético pudo marcar el 2-1. Griezmann, de zurda y en el área, buscó el palo largo y solo el travesaño evitó el gol cuando ya se cantaba en el estadio.
El Atleti pasó de divertirse con Joao a sufrir sin él. De hecho, en el 94', llegó un susto final en el segundo tiro a puerta del United y en la primera intervención de uno de los dos porteros. A Oblak se le escapó un tiro flojo de Lingard y obligó a Reinildo a cederle el rechace con la cabeza casi a ras de suelo.
El 1-1 deja la eliminatoria abierta para un Old Trafford que tendrá la última palabra. El Atleti ya sabe qué versión le hace feliz y qué versión le ahoga entre la mediocridad a un equipo que, cuando quiere, tira como nadie sus mejores armas para autocensurarse en la excelencia. Pero cuando se anima a usarlas y a deshacerse del disfraz de chico siendo un grande, puede competir ante cualquiera y tumbar a cualquier rival.