Un duelo directo en las inmediaciones de la zona de descenso que se presentaba como oportunidad clave para que el Alavés hilvanara un colchón de seguridad ante el Getafe se convirtió en reparto de puntos con sensaciones enfrentadas. Con un gol de Enes Ünal, el conjunto de Quique Sánchez Flores parecía que iba a arrastrar al de Javi Calleja al fango, pero el cronómetro y la fe lo evitaron.
La clave, de principio a fin, estuvo en la efectividad. El dominio residió en el bando 'babazorro' durante la mayor parte del enfrentamiento. Sobre todo, en los 20 minutos iniciales y en el segundo acto, cuando la misiva pasaba por, como mínimo, igualar el marcador para reducir daños, aunque la idea era cosechar los tres puntos.
Aun así, fueron los azulones los que empezaron a llevarse el gato al agua gracias a que aprovecharon mejor los espacios de los que dispusieron. En el 20', Ünal recibió un balón raso entre líneas de Damián Suárez, que había reparado en que Lejeune, al avanzar varios metros adelante, había creado un hueco enorme a sus espaldas.
Laguardia, su pareja de baile en la zaga, no llegó a tiempo a cubrir un disparo muy potente y a palo cambiado del ex del Valladolid ante el que Pacheco no pudo hacer nada. Como un tapón a las ideas y la consistencia del Alavés, esta diana procuró un resto de primer acto muy incómodo para el equipo de Calleja, que hasta pudo encajar otro tanto en una volea al palo de Arambarri.
El Getafe, lejos de estas vicisitudes, arrojó al césped de Mendirozzora un fútbol bastante práctico. Cuando el grupo se daba cuenta de que debía retroceder hasta 20 metros para defenderse de las acometidas rivales, lo hacía. Cuando reparaba en que los vitorianos estaban frágiles y podían hacerles daño, apretaban.
El problema es estas consignas pasaban por soportar un asedio en la segunda mitad, cuando el quid de la cuestión estaba en si los locales iban a ser capaces de traducir su lluvia de balones al área de David Soria en algún gol o si los visitantes se saldrían con la suya. Ocurrió, tarde, pero ocurrió lo primero.
El electrónico contaba 86 minutos cuando Édgar sirvió un balón colgado a la caja madrileña que Cuenca peinó sin querer -quería despejar- y que Maksimovic no cubrió bien. Joselu, atento y perfectamente posicionado, utilizó la zurda para rematar a placer ante Soria y firmar unas tablas que fueron justas.
El sabor de boca, eso sí, es muy amargo para el Getafe, al que se le escaparon tres puntos que hubieran sido fundamentales para escapar de la zona de descenso. Curiosamente, la misma efectividad que se erigió en su mayor acierto en principio se trocó también en su peor error cuando, con el 0-1 en el luminoso, Jaime Mata mandó un chut muy cercano a Pacheco directamente fuera.
No quiere decir esto que el Alavés festejara las tablas como si de un triunfo se tratara. El objetivo pasaba por vencer para dejar mucho más atrás los puestos de peligro. Con el punto conseguido, al menos, se minimizan los daños y se mantiene a un rival directo a tres puntos de distancia en la clasificación.