La carrera de Josep Martínez ha dado muchas vueltas desde que Pepe Mel le promocionara en Las Palmas. Y aunque en Gran Canaria parecía cómodo, hay trenes que no se pueden dejar escapar pese a que después lleven al destino equivocado. Con 25 años, el momento ideal para empezar a madurar, el portero de Alzira ha encontrado su lugar para vivir.
Criado en la cantera del FC Barcelona, el meta siguió el camino inverso a Pedri, con el que coincidió. Pasó de la Ciudad Condal a terreno canarión en 2017 para jugar en el filial, con el que compitió durante dos temporadas en Segunda División B. En la segunda, Raúl Fernández sufrió una grave lesión tras un choque con Jovanovic, delantero del Cádiz, que le tuvo a posteriori dos años fuera de los terrenos de juego por una fractura en la rótula y otra en la mano. Una desgracia para uno, una ventana abierta para otro.
Mel decidió llamar a Josep Martínez para que estuviera en el banquillo por detrás de Nauzet, pero la mala actuación del veterano guardameta en una derrota por 4-2 en Albacete hizo que el técnico le diera la alternativa. El 28 de abril de 2019, el alcireño debutó con Las Palmas frente al Lugo (triunfo 4-1) y se acabó quedando. Ese curso jugó 7 partidos y al siguiente, con la pandemia de por medio, 23.
Fue poco antes de la llegada definitiva del COVID-19 a nuestras vidas, en enero de 2020, cuando Las Palmas acordó con el RB Leipzig el traspaso del guardameta a cambio de 2,5 millones de euros. Nadie podía decir que no, ni el club al monto económico, ni el jugador a la posibilidad de jugar en un club Champions de la Bundesliga. Además, las cosas se estaban empezando a torcer para él en el Estadio Gran Canaria, ya que Álvaro Valles le estaba quitando el puesto. Se quedó hasta fin de curso y voló a Alemania en busca de su gran oportunidad.
A bordo de la factoría Red Bull encontró un buen salario y una nueva experiencia fuera de casa, pero no los minutos. Peter Gulacsi era inamovible, ya que es un emblema del proyecto desde que fichó por el Salzburgo y pasó a Leipzig con el equipo germano en Segunda División. Durante la estancia de Josep Martínez en Alemania, el internacional húngaro no bajó de 40 partidos, mientras que el español solo disputó cuatro en dos años. Al menos, en noviembre de 2021 tuvo la oportunidad de ser titular en Champions League, en una victoria por 0-5 del equipo de Jesse Marsch en Brujas.
No es que su paso por Leipzig fuese un calvario para Josep Martínez. Lo que peor llevó fue la etapa de cuarentenas y restricciones, especialmente duras en Alemania, debido a la pandemia. Tras su segundo año contaba para 'AS' el privilegio que era "entrenar con jugadores de la talla de Gulacsi, Nkunku, André Silva o Dani Olmo". El delantero y Angeliño eran sus lugares seguros y contaba cómo el delantero francés, ahora en el Chelsea, se "quedaba" con él "después de los entrenamientos a mejorar el remate".
La cuestión es que cuando no le vio más color a aquello, jugador y club entendieron que lo mejor era salir. En julio de 2022, el RB Leipzig cedió a Josep Martínez al Genoa, todo un clásico del fútbol italiano que en ese momento pasaba por horas muy bajas, ya que acababa de descender a la Serie B por primera vez desde 2007. Sorprendió que no saliera a otro club alemán o que al menos encontrara equipo en LaLiga, pero caer al segundo escalón del 'Calcio' le acabó viniendo bien.
En 'Il Grifone' fue el portero titular durante todo el curso. Se enfrentó al Parma de Gianluigi Buffon, aunque curiosamente el titular ese día fue un ex de Las Palmas como Leandro Chichizola. Pese a que por diciembre el Genoa tuvo una mala racha que se llevó por delante al entrenador, su segunda vuelta fue impecable y logró ascender como 2º clasificado por detrás del Frosinone con 73 puntos, a 8 de distancia del Bari, el primero en zona de 'play off'. De este, quien subió junto a los dos primeros fue el Cagliari.
Josep Martínez encajó 25 goles en 32 partidos oficiales y fue elegido mejor portero de la Serie B. El acuerdo de cesión con el RB Leipzig incluía una opción de compra en caso de ascenso, así que el Genoa acabó pagando 3.5 millones de euros para quedarse con el alcireño, que esta campaña vuelve a jugarlo todo. Lleva 10 encuentros hasta la fecha y este viernes espera jugar el 11º frente al Hellas Verona, un rival directo por la permanencia en la Serie A. Lo que ocurra a lo largo del año definirá lo que suceda con el español, cuyo contrato expira hasta 2024, aunque el vínculo emocional con la ciudad costera será para toda la vida.