"4.200 metros de altura y mucho huevo", se puede leer en una de las múltiples pancartas que los aficionados colocan en el estadio Villa Ingenio. No en vano, con su ascenso a la máxima categoría de Bolivia, Always Ready se convirtió en el equipo más alto de todo el planeta.
Jugar a más de 4.200 metros de altitud supone todo un triunfo para quien no está preparado. A 3.640 metros, en La Paz, le metió Bolivia un humillante 6-1 a una Argentina que contaba con jugadores como Messi, Zanetti, Demichelis o Tévez.
En la ciudad de El Alto, a las afueras de La Paz, juega Always Ready, un modesto equipo que es uno de los históricos de la Liga Boliviana, pero que llevaba más de un cuarto de siglo sin pisar la máxima categoría.
En la revista 'Panenka' recuerdan que fue fundado en 1933 por un grupo de adolerscentes que escogieron el lema de los 'boy scouts' como nombre.
Ojo, no es un modesto que vive un momento de gloria, ya fue campeón en 1951 y 1957, pero llevaba 27 años sin alcanzar la cima. Pese a jugar en ella, a más de cuatro kilómetros sobre el nivel del mar.
Curiosamente, el estadio Villa Ingenio, recién estrenado, permitió al equipo desplazarse desde La Paz, donde estuvo jugando en los últimos tiempos. Un pasito más cerca del cielo.
Hasta ahora, Unión Minas, de Perú, era el último equipo en una máxima categoría a semejante altura. Los peruanos, que actuaban en el Daniel Alcides Carrión, estuvieron desde 1986 hasta 2001 en Primera, jugando a 4.380 metros.
Hay que recordar que la altura afecta al bote del balón y al organismo, por lo que es una ventaja para un Always Ready mucho más habituado a las condiciones.
La misma fuente recuerda que la digestión es más lenta, por lo que se ha de comer más ligero, y enseguida aparecen la fatiga y la migraña. Así, el ritmo alto es la gran táctica de un Always Ready acostumbrado a jugar más cerca de los dioses que el resto de los mortales.