Hay jugadores que parecen nacidos para jugar juntos. Es el caso de Harry Kane y Heung-min Son, quienes se encuentran sobre el campo de memoria. Uno potencia al otro y eso lo disfruta el Tottenham, que se valió de ellos para destrozar al West Ham.
A los 16 minutos de juego, el equipo de José Mourinho ya ganaba por un incontestable 3-0 que se coció casi íntegramente entre el inglés y el coreano. Mientras Gareth Bale esperaba su oportunidad desde el banquillo, entre ambos se valen. Solo el tercero llegó con la aparición de un invitado especial, el español Sergio Reguilón.
No se había llegado al minuto cuando el Tottenham ya ganaba. A los 45 segundos, Harry Kane envió un balón largo desde su campo hacia Son que el delantero bajó y transformó en un disparo colocado al palo largo dentro del área.
En el 7', la acción fue en el sentido inverso. En una baldosa, Son cedió en corto para Kane y el delantero tiró de clase para hacerle un caño brutal a Declan Rice y, desde la frontal, disparar bajo las piernas de otro defensa allá donde no la vio Fabianski.
Para rematar el asunto, Reguilón dio su primera asistencia con un centro preciso desde la izquierda hacia la cabeza de Harry Kane. El delantero se elevó entre los defensas y embocó a gol para firmar un comienzo brutal.