Si la victoria del Valencia ante el Valladolid tiene un nombre, ese es Kang-In Lee. El atacante firmó el gol, casi sobre la bocina, que dibujó el 2-1 definitivo en el marcador. Lo hizo con un golpeo de pelota sensacional, abajo y pegadito al palo, ante el que Masip no pudo hacer nada.
El inicio de la jugada no parecía peligroso. Los locales tocaban la bola sin problemas de presión rival y sin prisas, pero le llegó la bola al surcoreano en la banda derecha y no tardó en liarla. En cuanto controló el esférico, se notó cómo cambiaba el ritmo del ataque.
Se dirigió a la zona frontal del área rival y chutó con la zurda. La colocó abajo, pegada al palo, donde Masip no podía llegar por mucho que se estirara con todas sus fuerzas. El guardameta llegó tarde y no pudo evitar que el Pucela acabara claudicando lejos de casa.
Se trata de una perla más de un diamante que no deja de brillar. Kang-In Lee, a sus 19 años, se ha hecho con un hueco como protagonista en este Valencia. Será vital que actúe igual que ante los vallisoletanos en el resto de la temporada para ir a por los puestos de Champions League.