Moise Kean no está teniendo una adaptación fácil a la Premier League. Hechos como este no le ayudan. Llegó al Everton como fuerte apuesta para dinamizar el ataque de los 'toffees', si bien en Old Trafford se llevó un fuerte disgusto.
Su cara en el minuto 88, cuando vio que era el elegido para que entrase en su lugar Oumar Niasse, no podía ser de otra cosa más que de incredulidad.
Porque Duncan Ferguson, antes de que Greenwood pusiera el 1-1 en el marcador, entendió que el ex de la Juve podía ser una buena opción para hacer daño a la contra.
Sin lesión ni motivo aparente, en el 89 el entrenador de los visitantes decidió que debía irse él al banquillo para que entrara el senegalés Niasse.
Kean, que no se lo creía, se marchó cabizbajo del terreno de juego y se marchó directamente a los vestuarios sin vivir el final de partido, que acabó con reparto de puntos.
Entrevistado sobre el césped nada más acabar el choque, Ferguson no dio mucha explicación. "Lo quité para perder tiempo", se limitó a decir en una decisión que pocos entendieron.
Kean recientemente llegó a ser apartado de un partido por indisciplina. Sus días no son nada felices en Inglaterra, de ahí que no sea extraño que varios equipos italianos estén intentando repatriarlo.