La historia de Khalida Popal es una de esas que inspiran al cambio. "Fuimos atacadas en Afganistán. Nos gritaron que el fútbol no era para las mujeres", comentó durante una entrevista concedida a 'Mundo Deportivo'.
Con sólo 31 años tuvo que abandonar su país porque temía por su vida. Tras muchos años de lucha había conseguido crear un equipo nacional femenino, algo que no gustó a algunos sectores conservadores de la sociedad.
"Aún ven a las mujeres como seres inferiores. Si quieres jugar a fútbol, te tienes que enfrentar a tu familia y los vecinos te miran mal", aseguró la jugadora, que actualmente reside en Dinamarca.
A través de su fundación, 'Girl Power', ha conseguido reducir la brecha discriminatoria de género que hay en países como Afganistán. De hecho, la futbolista celebra que se haya alcanzado a la cifra de 5.000 jugadoras.
"Yo les digo que sean valientes, que crean en ellas porque la mujer tiene un poder infinito", añadió. Su último proyecto es la creación de una equipación con hiyab que permita a las mujeres musulmanas saltar al campo.