El conjunto nórdico ganó algo de tregua tras endosarle un 3-0 a Gales, aunque el lío por los derechos de imagen sigue sin resolverse. Uno de los que está llamado a apagar el fuego es Simon Kjaer, capitán danés y uno de los cabecillas de la revolución en el vestuario, lo cual le ha granjeado una mala fama.
Especialmente censurado ha sido estos días por negarse a agradecer a los jugadores no profesionales y de fútbol sala que representaron a Dinamarca en el amistoso contra Eslovaquia.
Incluso un número importante de seguidores ha pedido en público que deje de ser internacional danés. El hashtag #IkkeMitLandshold, que se traduce por "no es el equipo de mi país", ha hecho estragos, sobre todo con el jugador del Sevilla.
Este martes, además, trascendió que Kjaer había citado a los jugadores de fútbol sala para pedirles que no jugaran el amistoso contra los eslovacos.
"Fuimos convocados por la Asociación de Jugadores. Escuchamos sus argumentos, pero ellos tenían que entender también los nuestros. Al jugar protegimos nuestros intereses, igual que Kjaer protege los suyos", comentó Cristopher Haagh al respecto.