Tras una sequía de 16 años sin poder ganarla, el Liverpool levantó la FA Cup. Los de Jürgen Klopp vencieron al Chelsea después de que el 0-0 deparara una tanda de penaltis. Los fallos 'blues' hicieron que el cuadro de Merseyside saliera campeón de Wembley.
Una victoria algo descafeinada después de que Mohamed Salah y Virgil Van Dijk se retiraran lesionados del césped a dos semanas de la final de la Champions League. Sin embargo, su entrenador salió para tranquilizar a los hinchas 'reds' y asegurar que llegarán a la fecha.
"Salah vino y dijo que podía continuar, pero sentí algo pequeño. Espero que esté bien. Virgil tuvo pequeños problemas, pero creo que está bien y que volverá a jugar esta temporada", expresó para la 'BBC'. El propio defensor neerlandés habló acerca de sus molestias.
"Con suerte, vamos a comprobarlo. Lo sentí en la primera mitad cuando corrí, sentí una punzada detrás de la rodilla, seguí jugando. Al final, no puedo arriesgarme por el equipo y yo necesitamos confiar en Joel. Ojalá todo salga bien", señaló.
Respecto al triunfo, el germano fue claro: "Sobresaliente, fue un partido increíble e intenso contra el Chelsea, se lo habrían merecido (la victoria) exactamente de la misma manera, como en la Carabao Cup, así de pequeños son los márgenes".
"No podría estar más orgulloso de mis muchachos, el cambio que hicieron, lo duro que lucharon, los cambios tempranos. Somos monstruos de mentalidad, pero también hubo monstruos de mentalidad en el Chelsea. El Chelsea jugó de manera sobresaliente, pero al final debe haber un ganador y ese fuimos nosotros", espetó.
Por último, bromeó sobre el momento de la tanda de penaltis: "Fue estresante, mis uñas se habían ido, pero realmente lo siento por Chelsea por segunda vez, 120 minutos y no obtienes nada, eso es demasiado difícil. Pero para nosotros estoy bastante feliz".