Esta Juve y este Barça se parecen más de lo que a ambos les gustaría. Se encuentran en medio de una profunda renovación, tienen a los dos mejores del siglo en sus últimos años y un nuevo técnico, histórico de los equipos en ambos casos, trata de recuperar su mejor versión. Ambos piden tiempo a gritos y Koeman se llevó el premio gordo para cambiar la imagen dejada en sus aficionados por el 'Clásico'.
El Barcelona recobró sus mejores sensaciones de la temporada justo después de un choque ante el eterno rival que evidenció un equipo impotente. Mereció un triunfo de mayor lustre en Turín, pero al menos recuperó una grandeza fuera de casa en la Champions que parecía reservada a un futuro mucho más lejano. Vamos, que las cosas no están tan mal.
Los azulgranas conquistaron el Juventus Stadium ante una 'Vecchia Signora' casi en el esqueleto. El banquillo 'bianconero' daba vértigo. Riccio, Frabotta, Portanova, De Winter... Pirlo demanda otro tipo de mimbres para arreglar esto.
La Juventus fue un equipo sin alma sin Cristiano Ronaldo, a quien el coronavirus sigue manteniendo a raya. Así, pensará Pirlo, es más difícil empezar la renovación de un equipo. Enfrente, Leo capitaneó a un Barça bravucón, que mereció ir ganando cuando no se llevaban ni cinco minutos de juego.
Messi dirige, Griezmann y Dembélé brillan
Los azulgranas sorprendieron por su comienzo en un campo complicado y eso es algo que ya ha logrado cambiar Koeman en relación a sus predecesores. También manejó de forma sorprendente la plantilla el entrenador 'culé'. Cinco cambios en relación al 'Clásico', toda una declaración de intenciones de lo que está por venir esta temporada.
El Barça se puso en ventaja gracias a una acción mitad genialidad, mitad fortuna. Dembélé recibió un gran cambio de orientación de Leo, encaró y soltó un chut con la derecha que ser coló por la escuadra de Szczesny tras rozar en Chiesa.
El 0-1 despertó a la Juventus, que pagó el gafe de Morata. Dos goles anulados al español evitaron el empate y el atacante cumpliría su 'hat trick' de infortunios en la segunda mitad. Difícil tener peor suerte que él con las líneas del VAR, pues no es la primera vez que le pasa.
Los buenos minutos de Dembélé parecieron contagiar a Griezmann, quien cuajó un encuentro muy serio ante la Juve. El galo arrancó con una volea al palo, se lució con un taconazo a Messi que el argentino cruzó demasiado y volvió a ver cómo el gol se le escapaba por centímetros en la segunda parte, cuando los azulgranas buscaban la sentencia.
Messi seguía siendo el maestro de operaciones del Barça ante una 'Vecchia Signora' en la que nadie se hacía con el bastón de Cristiano: Dybala cuajó uno de los peores partidos que se le recuerdan. Parece mentira que solo hayan pasado tres años de aquella eliminatoria en la que martilleó a los 'culés' a su antojo.
El gafe de Morata
Entre llegada y llegada peligrosa del Barcelona se llegó al descanso, con Pjanic entonándose después de un flojo inicio y la sensación de que el partido se le podía escapar a los azulgranas por no lograr sentenciar.
Tras el tercer gatillazo de Morata, el partido se decantó por completo hacia el bando 'culé'. Messi confirmó que aún no está fino en la resolución, como ya le pasó en el 'Clásico', y envió al limbo ocasiones de las que él no suele perdonar. Fueron los mejores minutos de Pedri, quien desquició a Cuadrado y también estuvo cerca de encontrar su segundo tanto en la Champions.
En la Juventus no estuvieron bien ni los de siempre ni los nuevos. Demiral hizo que se esfumaran las pocas posibilidades que los de Pirlo tenían de empatar con una expulsión infantil en una jugada en la que se adelantó demasiado el balón y dejó la pierna cuando ya tenía una amarilla.
Para entonces, Koeman había comenzado su carrusel de cambios con la entrada del 'elegido' Ansu Fati. El canterano parece tocado por una varita. Fue objeto del penalti que Messi transformó en el 0-2 y luego no metió el tercero porque se lo quiso regalar a un Braithwaite que ni se lo esperaba.
Del choque de Turín salieron un Barça con ganas de consolidarse y con la clasificación bastante encarrilada y una Juventus casi en ruinas, que pide a gritos la vuelta de Cristiano Ronaldo. Está por ver si el luso, cuando vuelva, logra devolver a donde le corresponde a una 'Vecchia Signora' que sigue bajando enteros a cada año que pasa sin que nadie pueda evitarlo.