Cualquiera que haya seguido un poco la actualidad de la Selección a través de sus canales oficiales habrá detectado que parece que su rival de este miércoles por la noche no existe. No es menosprecio, no al menos deportivo. Es pura y dura política.
España juega en Pristina, contra el equipo de la Federación de Kosovo o simplemente contra Kosovo. En ningún medio oficial se dice que juegue en Kosovo. Porque España, el Estado Español, no reconoce a Kosovo como país independiente.
Kosovo fue la última república en independizarse de Serbia/Yugoslavia. Lo hizo tras una guerra de año y medio, a la que siguió una década de alto el fuego y, finalmente, la declaración unilateral de independencia el 17 de febrero de 2008.
Aquello en otros tiempos hubiera provocado la invasión militar de Serbia. Pero Serbia llevaba dos décadas siendo 'la mala' del conflicto yugoslavo. Había recibido bastante castigo por parte de la OTAN, y sentía que lo que estaba haciendo Kosovo estaba tan fuera de la legalidad que no recibiría apoyo alguno.
Se equivocaba. La UE y la OTAN corrieron, raudas, a reconocer la independencia del nuevo estado balcánico. Enfrente, Rusia y su esfera de influencia se resisten, aún a día de hoy, a reconocer a Kosovo como un ente independiente de Serbia, aunque la ONU determinara que se ajustó al derecho internacional.
Sin embargo, en el seno de la UE y la OTAN hay dos países 'díscolos', España y Grecia. Ninguno de los dos reconoce la independencia de Kosovo, cada uno por sus propios motivos.
En el caso español, los analistas coinciden en que, por mucho que el caso kosovar se ajuste al derecho internacional, apoyar una declaración unilateral de independencia mientras lidia con el nacionalismo independentista en su territorio sería contradictorio y difícil de justificar.
Tanto la Federación como la televisión pública son órganos que dependen del gobierno español. Por eso, desde los comentaristas a los jugadores, pasando por los 'community managers' y los realizadores, todos se han andado con pies de plomo estos días para hablar de Kosovo sin hablar de Kosovo.