Y es que estamos acostumbrados a ver simular faltas o agresiones a jugadores de primer nivel, pero nadie recuerda algo como lo que sucedió en el encuentro entre el Maritzburg United y el Golden Arrows.
Glenn Verbauwhede, portero del Maritzburg, tiró cualquier muralla que pusiera límites al 'arte' de la simulación encima del terreno de juego, pues no se le ocurrió otra manera de desquiciar a los rivales (y al árbitro) que lanzarse de cabeza ante los pies del los delanteros del equipo contrato para ver si el árbitro picaba.
Pero eso no es lo peor. Lo más curioso es que el guardameta, tras la 'agresión', salió disparado quejándose a gritos para reprocharle al árbitro.
La verdad es que el vídeo no tiene desperdicio: