"Seguimos en el agujero pero es cierto que el equipo por lo menos cree en lo que hace, trabaja bien, tiene humildad, seriedad. Ojalá algún día podamos jugar mejor", señaló ante los medios de comunicación.
En esta ocasión el viento fue un factor importante a tener en cuenta: "Las circunstancias del viento impedían hacer alguna cosa con la pelota pero nos adaptamos pronto. Ayer estaba igual o peor, llovía horrible, y entrenamos fatal".
"Podía dejarlo pasar o meterles una buena. Me aguanté, me fui a casa a ver al Valladolid, me tomé un gintonic a gustito y se me olvidó regañarles. Salió bien el tema. Fue casualidad, tampoco se planean esas cosas", comentó.
Aguirre incidió en el hecho de no confiarse pese a las buenas sensaciones: "Hay motivos para disfrutar de estos tres o cuatro días que coinciden con la Navidad pero está en Valladolid a la vuelta de la esquina. Nos lleva puntos y en casa es muy duro. Nos espera otro partidito sabroso".
Por primera vez desde que él llegó el equipo no encaja en duelo liguero ningún gol de estrategia: "Casi nos hacen a balón parado. Es un triunfo sacar una pelota. Afortunadamente puerta a cero, no hay gol a balón detenido".
"Son pequeños progresos pero todo suma. El equipo más allá de jugar bien, mal o regular entendió cómo se tiene que jugar en este momento contra este rival. Nos vamos contentos pero el trabajo sigue", añadió.
En cuanto a la actitud de sus delanteros, Youssef En-Nesyri y Martin Braithwaite, dijo: "Hay un trabajo, estos chicos corren como animales. Pelean, luchan, son solidarios, entrenan bien, quieren más...".