La toma de París estuvo a punto de no ser tal. El Bayern de Múnich dominó durante buena parte del encuentro, perdonó en demasía y a punto estuvo de costarle la victoria ante el Paris Saint-Germain.
Puede dar gracias Nagelsmann a que Mbappé salió únicamente en la segunda parte. Con el '7' despertó el cuadro galo, que hasta entonces había estado adormilado sobre el césped, esperando la aparición de su mesías.
Suena poco creíble que un equipo con Messi y con Neymar tenga que esperar a otra estrella, pero así fue. Lo supo el Bayern, pero sin Mané, no tuvo la puntería suficiente como para dejar muerto al conjunto de Galtier.
Un equipo irreconocible
El gran objetivo de este Paris Saint-Germain es la Champions. Para eso han llevado a tres de los jugadores más determinantes. Pero tiene un problema mental el equipo parisino en las eliminatorias. Lo sufrió en el momento en el quedó emparejado con el Bayern. Y casi lo condenó en este 14 de febrero.
Lo que tenía que ser el día de los enamorados en la Ciudad del Amor, acabó en una especie de pesadilla, en tener que remontar de nuevo en un campo maldito como es el Allianz Arena, y tener que hacerlo además sin haber marcado.
Vivió muy tranquilo Sommer, sin esperar lo que tenía que aguantar en el tramo final del partido. El partido se volcó hacia el área de un Donnarumma que volvió a flaquear en el momento más decisivo, el gol.
Cambios de esquema ineficientes
Salió el Bayern con Cancelo por la derecha y con Coman de carrilero largo. Como si supiese el guion del partido antes de rodarlo, Nagelsmann tiró todo su juego por la banda del ex del PSG, con un Achraf irreconocible.
Ambos técnicos cambiaron sus esquemas tras el descanso. Quitar a Achraf condenó definitivamente al PSG, pues dejó de saber sacar la pelota y sortearla ante un Bayern se que se creció.
La entrada de Davies por la izquierda desplazó a Coman a la derecha, y precisamente de carrilero a carrilero llegó el único tanto que subió al marcador. Marquinhos se quedó clavado, Nuno Mendes no vio su espalda y Donnarumma vio cómo el balón se le colaba por debajo de su cuerpo.
Otro PSG con Mbappé
La simple presencia del delantero francés provocó el miedo en la defensa del Bayern de Múnich. De repente, ya no era tan sólido atrás como lo había sido en los 60 minutos previos.
Hizo dudar al cuadro bávaro en la banda diestra de los alemanes, y ahí emergió la figura de un Nuno Mendes que demostró a Europa por qué lo fichó el Paris Saint-Germain.
El portugués fue un quebradero de cabeza para el Bayern, incapaz de contrarrestar su velocidad. Precisamente por ello, por la velocidad, no subió al marcador un gol de Mbappé que había hecho justicia a lo visto en los últimos minutos. Mendes estaba una rodilla adelantado a su par para invalidar el gol.
Justo antes, el propio Mbappé había visto cómo Sommer le paraba con la cara el que iba a ser el 1-1, y posteriormente marcaba a placer, tan a placer que estaba en fuera de juego.
Con Mbappé, el PSG creció, dominó y estuvo a punto de revivirlo de la tumba. Se puede dar con un canto en los dientes finalmente el Bayern, que no podrá contar con un Pavard que fue expulsado por doble amarilla en la recta final del encuentro.