Apenas se había cumplido la primera hora de juego, cuando el Leicester recortaba la diferencia en el marcador gracias a una cantada incomprensible del flamante portero del Liverpool.
Si los errores de Karius en Kiev costaron una Champions League e incentivaron la búsqueda de un portero, la actuación de Alisson en el King Power Stadium alimentó los nervios 'reds'.
El guardameta brasileño por el que han pagado 62,5 millones de euros evocó los fantasmas del alemán, convirtiendo una mala cesión de Van Dijk en una invitación a marcar a puerta vacía del Leicester.
Ghezzal no perdonó y envió al fondo de las mallas el balón, invitando al optimismo a la parroquia local para soñar con la remontada.
1 de septiembre de 2018