Era el minuto 59 del partido entre el Aston Villa y el Derby County por el ascenso a la Premier League cuando Roos cometió un error que puede valer un ascenso. El-Ghazi puso un centro a la olla y el guardameta salió a coger el balón, pero puso las manos demasiado abajo y McGinn aprovechó para rematar de cabeza a portería.
Lo normal es que los porteros salgan con los brazos extendidos hacia arriba para evitar que las cabezas de los delanteros alcancen el balón, pero Roos dejó sus manos a la altura de sus costillas, de modo que McGinn pudo meter la testa y tocar la pelota, que se le escapó de las manos al guardameta.
El esférico entró llorando, pues se dirigió a la portería vacía del Derby tras un raro rebote entre la testa de McGinn y las manos de Roos. Si el portero hubiera optado por despejar de puños o calcular mejor el salto para poder levantar los brazos al atrapar la pelota, el centrocampista del Villa no lo habría tenido tan fácil para marcar.
27 de mayo de 2019