El Real Madrid es el rey de Europa por algo. Da igual que no tenga la pelota, da igual que el Chelsea cambie a prácticamente todo su once, el equipo de Ancelotti sigue siendo el rey.
Solo necesita el equipo blanco un par de ingredientes: las paradas de Thibaut Courtois, tan decisivo como la pasada temporada; y un gol de los de arriba, en esta ocasión de Rodrygo por partida doble.
Sorprendió Lampard al sacar un once ultradefensivo en un partido en el que necesitaba, al menos, marcar dos goles. Eso sí, le salió todo bien menos en lo más importante, en el área.
Volcó todo el ataque por la banda de un Reece James que en vez de carrilero parecía extremo. Y cuando no lo era el inglés, aparecía Kanté cual Vinicius para caer por la banda.
Todo el peligro 'blue' llegó por la derecha, pero le faltaba a Lampard lo que siempre ha adolecido este Chelsea durante toda la temporada, un '9' que fuese capaz de rematar todo balón en el área.
Ni siquiera Havertz, que bajaba cual boya de waterpolo para intentar recibir y combinar, pudo hacer nada ante un Real Madrid replegado en el que, en dos ocasiones, a un Courtois engrandecido en su competición.
Esperar, esperar, esperar y martillear
El Real Madrid esperó su momento, se replegó para atrapar al Chelsea en su tela de araña y dejó los espacios suficientes para poder salir como aviones por las bandas.
No fue en esta ocasión Vinicius, el hasta ahora máximo goleador en Champions esta temporada del equipo, sino un Rodrygo que ha hecho de la Champions su patio de recreo, donde se divierte siempre con una sonrisa.
Un flagrante error de Cucurella, en la presión, permitió al jugador del Real Madrid correr toda la banda, llegar a línea de fondo, centrar y rematar él mismo tras otro pase de Vinicius.
Hacer de lo extraordinario una costumbre
Quiso reaccionar, demasiado tarde, un Lampard que priorizó la lucha en la Premier por encima de la Champions. Y ni siquiera con cuatro delanteros fue capaz de generar la suficiente ansiedad al Real Madrid como para provocar el miedo.
Ocurrió todo lo contrario. Más huecos provocó más peligro a favor del Real Madrid, y Rodrygo terminó por sentenciar con un regalo marca Valverde, que le dejó rematar sin oposión alguna y a un metro.
Certificó el Real Madrid su pase, como si fuese costumbre. Y es que lo es. Ya son once de las últimas trece ediciones las que ha estado el conjunto blanco en semis. Enfrente, espera otro coco aún por decidir.