Aunque nadie en el vestuario se dará por vencido, la sensación entre los de Zidane es que ante el Barcelona en el Santiago Bernabéu pasó el último tren hacia LaLiga.
Sin embargo, el técnico francés se ha propuesto tres propósitos de cara a este nuevo 2018: enderezar el rumbo en Liga, blindar la Copa del Rey y coger carrerilla para la eliminatoria de Champions ante el PSG.
A 14 puntos del Barça en Liga, el Real Madrid necesita un descalabro histórico azulgrana para lograr revalidar el título del campeonato doméstico.
Aún así, Zidane no quiere que sus jugadores tiren la toalla de la Liga por miedo a contagiar esa desgana en Copa y Champions.
Al Madrid le espera un enero de aúpa, que arranca el día 7 en Balaídos ante un Celta de Vigo que llega henchido de orgullo tras el derbi gallego frente al Deportivo.
Más adelante, el 13 el conjunto blanco recibirá la visita en el Bernabéu del Villarreal, que acabó 2017 venciendo al Valencia, equipo revelación de la temporada.
Aunque sus números le disfrazan de rival menor, el Deportivo llegará a Concha Espina cargado de urgencias y tratará de vender cara la derrota.
A final de mes le espera Marcelino en Mestalla, donde el Madrid se enfrentará a uno de sus rivales directos en uno de los campos más difíciles para los blancos.
Antes de recibir en el Bernabéu al PSG el 14 de febrero, los de Zidane visitarán al Levante con la mente puesta en la Champions.
Más allá de los compromisos de Liga y Copa, en el Real Madrid han apostado el sino de su temporada a la máxima competición Europea.
Con la Liga prácticamente perdida y la Copa considerada como un trofeo menor, el Madrid se enfrenta a Neymar, Mbappé y cía sin margen de error para no acabar el curso a primeros de marzo...