El ascenso del Espanyol está un pasito más cerca. Podría confirmarlo la próxima jornada después de derrotar al Málaga por 3-0 en la 37. Los de Vicente Moreno se apoyaron en su mayor calidad y, por ende, efectividad, para acabar con un rival que dio la cara después de su mala actuación frente al Fuenlabrada.
La dio, sobre todo, en los primeros compases. El equipo se hizo con el gobierno de la pelota en uno de los feudos más complicados de la categoría y propuso posesiones largas que, sin procurar llegadas claras al área de Diego López, frecuentaban la zona de tres cuartos y obligaban a los 'pericos' a subir la guardia.
La respuesta catalana se basó echar esta buena sensación abajo en cuanto hubo la más mínima oportunidad. En uno de los primeros ataques, Raúl de Tomás fusiló a Dani Barrio desde la frontal con un balón raso que le sirvió Puado desde un costado. El meta puso las manos, pero el esférico se las dobló.
Más tarde, mientras los blanquiazules continuaban mostrando una muy buena cara, Puado remató en el primer palo de un córner tras ganarle el salto a Escassi y dobló la ventaja. El Espanyol había hecho con relativa facilidad lo que el Málaga no pudo por mucho que sus ideas fueran buenas.
Y, para colmo, los blanquiazules se diluyeron en la segunda mitad, donde aquello de dominar la posesión quedó atrás para vislumbrar un contexto de partido en el que los de Vicente Moreno, como han venido haciendo toda la temporada, dominaban y jugaban mejor. De hecho, entonces llegaron algunas de las acciones más destacables de los defensas blanquiazules, que tuvieron que mostrarse mucho al corte.
En la otra punta del campo, ni la entrada de Joaquín, que achispó la propuesta andaluza con unos cuantos recortes por su carril, logró cambiar el rumbo de un encuentro que RDT sentenció en el 77'. Con brecha incluida por 'fuego amigo' de Wu Lei, que metió la bota y le dio en la cabeza al ir a rematar un centro, el '11' firmó su doblete con la testa en el 77' para el 3-0 definitivo.