Hace dos años deslumbró en la Champions. Y el PSG no dudó en romper la hucha por él. La pasada temporada coleccionó goles de bandera. Pero aún tenía 19 años. El Mundial era un perfecto escaparate para terminar de romper el cascarón. Lo rompió... y, de paso, hizo añicos el escaparate con una actuación deslumbrante.
Potencia, desmarque, pegada, desequilibrio, cambio de ritmo, confianza, velocidad... el catálogo del francés es bastante amplio. Ante Argentina hizo una antológica demostración de todas ellas. Con todos los ojos del mundo mirándole en la suerte decisiva del 'win or go home', Mbappé fue decisivo y, a la vez, elegante.
El jugador del PSG fue más determinante que Messi. Él acabó como el auténtico G.O.A.T. Tuvo esa capacidad de desequilibro con destellos que recordaron a otros mitos más allá del argentino. Fue Ronaldo Nazario en la acción del 1-0, tuvo el oportunismo del otro Ronaldo, Cristiano, para sellar la remontada. Tuvo esa capacidad de Neymar para disfrutar en el campo.
Por si fuera poca comparación, con 19 años y 192 días, se convirtió en el segundo jugador más joven en hacer un doblete en las eliminatorias de un Mundial... solo con el mito de Pelé por delante.
Todos boquiabiertos
El delantero de Deschamps tuvo un impacto asbsoluto en el choque. Por lo que hizo, cómo lo hizo y cuándo lo hizo. Su exhibición comenzó con la que seguro finaliza como una de las mejores acciones de esta edición de los Mundiales. En el 1-0, que llevó la firma de Griezmann y la gloria de Mbappé.
Perdió la bola Banega y entonces comenzó algo impensable. El francés, con la velocidad de Flash y la potencia de una manada de rinocerontes, se transformó súbitamente en Ronaldo. En el bueno, en el potente, el que se exhibía sobre las canchas. Con un escandaloso avance de unos 80 metros.
En apenas tres metros de zancada ya había dejado atrás a tres jugadores argentinos. Cuando cualquiera hubiera llegado ahogado a la frontal del área, le hizo un estratosférico cambio de ritmo a Marcos Rojo, quien no pudo hacer otra cosa que derribarlo dentro del área.
Remató la faena
La siguiente vez que apareció, Francia empataba a dos goles. Acaba de igualar Pavard con un golazo sensacional y un balón suelto cayó al área, donde Mbappé se colocó la bola para la zurda y cruzó un disparo que sorprendió a Armani. Para demostrar que también tiene estrella.
Casi sin tiempo para asumir la remontada gala, una maravillosa acción colectiva la culminó con un tiro cruzado. Lo mejor fue, sin duda, cómo apareció desde atrás para horadar el hueco. Dejando clara de otra de sus virtudes: que es un futbolista superdañino con espacios por delante.
Mbappé, además de volver locos a los de Sampaoli, forzó un par de tarjetas amarillas y desquició a Argentina en su manera de defender, incapaz de frenarle y de entender su manera de moverse en el campo.
Por condiciones, está en ese selecto vagón de jugadores llamados a pelearse por la herencia de Messi y Cristiano Ronaldo. Y ya se sabe que deslumbrar en un Mundial otorga multitud de papeletas para ganar galones. Y aún queda Mundial por delante...