La Europa League se decidió en los penaltis. El partido terminó 1-1 y los once metros dictaron sentencia. El Eintracht acertó cinco penas máximas por las cuatro del Rangers, lo que dio el título a los alemanes.
Rode fue el encargado de levantar al cielo la Europa League. Nadie mejor para hacerlo, pues fue el que más sufrió en el partido.
En la primera mitad, en un lance de juego, Rode saltó a cabecear un balón. Lundstram trató de de evitarlo metiendo la bota. Los dos impactaron y el choque fue escalofriante.
Rode comenzó a sangrar, se hizo una gran brecha en la frente. Las asistencias tuvieron que atenderle. Le dieron siete puntos y siguió el juego.
Tras el partido, con la Europa League ya ganada, Rode quiso mostrar a sus seguidores su herida de guerra. "Lo importante es conseguirlo. Todo lo demás da igual", escribió junto a la imagen de su maltrecha cabeza.