Bélgica e Islandia se citaban en el estreno del Grupo D de una Eurocopa Femenina que ha tenido un comienzo trepidante. Ambas selecciones veían este choque como una oportunidad de oro para arrancar con buen pie, más teniendo en cuenta que las dos favoritas para clasificarse son Italia y Francia.
Sobre el papel se preveía un duelo muy igualado, pero lo cierto es que una vez que comenzó a rodar el balón, solo hubo un equipo sobre el césped. La Selección Islandesa, salvo tramos excepcionales, fue muy superior en el grueso del partido.
Un centro-chut de Jónsdóttir nada más comenzar estuvo a punto de suponer el 0-1. La propia Jónsdóttir siguió haciendo de las suyas en los minutos posteriores. Estaba siendo la mejor del partido con diferencia, mostrando un nivel muy superior a la zaga rival.
Un buen cabezazo de Brynjarsdóttir en el 23' se marchó arriba. Minutos más tarde, Vangheluwe se adelantó a Jónsdóttir cuando esta se encontraba sola ante la portería belga y se preparaba para rematar a placer.
Una de las jugadas decisivas del partido se dio en el minuto 32, cuando la colegiada señaló penalti a favor de Islandia por una mano de Vangheluwe. La responsabilidad la asumió Thorvaldsdottir, que efectuó un golpeo horrible, centrado y flojo, detenido fácilmente por Evrard.
Esta fue la acción más destacada antes de llegar al descanso. El monopolio islandés había sido absoluto, aunque de poco había servido. Todo este empuje tuvo su recompensa a los cinco minutos de la reanudación.
Un centro medido de Vilhjalmsdottir al segundo palo sirvió para que Thorvaldsdottir, de cabeza, pusiese el 0-1 para delirio de los cientos de aficionados congregados en el Academy Stadium de Mánchester.
Esta diana sirvió para espolear a las belgas, que comenzaron a llegar con más claridad y decisión. Tanto fue así que en el minuto 66 lograron un penalti, que en primera instancia había sido señalado como falta por la colegiada.
Vanhaevermaet no falló desde los once metros, engañando perfectamente a la guardameta rival. Quizá no era la diana más merecida, pero el fútbol no entiende de méritos.
Los últimos minutos del partido fueron más bien un correcalles en el que se notó la fatiga acumulada por parte de ambas escuadras, sin haber ocasiones demasiado claras para ninguno de los dos lados.