El 2-4 de Butarque dejó dos caras en el Real Madrid, una de felicidad absoluta y otra larga, enfadada. Asensio terminó feliz tras haberse marcado un auténtico partidazo, mientras que James se fue al banquillo enfadado tras ser sustituido por Isco.
A pesar de que James consiguió anotar el gol que abrió el marcador y el canterano se fue sin ver puerta, sus caras no tenían nada que ver al término del choque en Butarque.
La facilidad de Asensio de estar siempre en forma y enchufado, pese a la poca continuidad, asombra a muchos y ayer lo volvió a demostrar. De sus botas salieron las mejores jugadas del partido.
En el otro lado está James, quien, a pesar del gol, se fue con mala cara, primero del césped, y después del estadio. El colombiano parece que no será uno de los jugadores claves en los partidos importantes que tiene a la vista el Real Madrid.