Infantino, presidente de la FIFA, podría acabar en la cárcel. La fiscalía suiza, según 'Sky News', inició un proceso penal para investigar si cometió varios delitos penales en el año 2017. Estos se centran en una reunión con el ex fiscal del mismo país, Michael Lauber, quien ya dimitió.
La clave de estos encuentros fue que, según la mencionada fiscalía, pudo haber abuso de cargos públicos, violación del secreto profesional, asistencia a delincuencia e incitación a todos estos delitos. Son las bases del caso que recae directamente sobre el mandatario futbolístico.
Pero ¿qué significa todo esto? Traducido al cristiano, ocurre lo siguiente: Infantino -según la fiscalía- se reunió con el fiscal de Suiza y obtuvo información privilegiada. Esto es delito, así que la fiscalía, ya con el ex fiscal fuera de su cargo, ha decidido investigarlo.
Y ¿por qué es delito hablar con el fiscal de Suiza? El fiscal de un estado es el mayor representante de su Ministerio Fiscal y es quien se encarga de defender, por decirlo de algún modo, al país cuando hay delitos penales que le afectan. Tiene información privilegiada y, si Infantino aprovechó su relación para obtenerla, la investigación podría acabar con consecuencias.
Esta situación llama más la atención cuando se recuerdan las declaraciones de él mismo en 2016, cuando se hizo con la presidencia de la FIFA, sobre la corrupción: "¡Nunca más! Lo que ocurrió en el pasado no puede volver a ocurrir. Ya nadie habla de reconstruir la FIFA desde cero, nadie habla de corrupción. De lo que se habla es de fútbol".