Hay equipos que albergan una historia detrás que puede dejar petrificado a más de uno. El Red Star es uno de ellos. Además de ser un club en el que su fundador es Jules Rimet, uno de los creadores del Mundial, sus anécdotas también ahondan en la historia más profunda de la Segunda Guerra Mundial.
Tal y como recordó 'L'Esportiu', Eugène Maës jugó en el conjunto parisino y fue asesinado en un campo de concentración nazi tras haber sido denunciado por comentarios contra el Gobierno alemán. A partir de su figura se creó un sentimiento de revolución dentro del equipo.
Más tarde, otro nombre que quedó para el recuerdo fue el de Rino Della Negra, que fue hijo de un judío exiliado italiano y además formó parte de una resistencia que fue clandestina en París. Debido a sus actitudes contra el sistema, un convoy nazi lo secuestró y más tarde lo fusiló.
Ahora, la grada donde se encuentra la parte más radical de la afición lleva su nombre. Una historia con un fondo antifascista detrás de un equipo que fue uno de los fundadores de lo que hoy se conoce como Ligue 1. Esta temporada milita en la tercera categoría del país y ante el Creteil busca seguir un periplo en Copa que espera que sea largo e ilusionante.