Dani Pendín es parte del cuerpo técnico de Vicente Moreno en el Espanyol. Concretamente se encarga de las jugadas a balón parado. Una estrategia que está siendo clave para el equipo, ya que ha dado seis de los 14 goles que llevan. Pendín habló recientemente con 'AS' para contar su historia como futbolista.
"Viví en un barrio pobre, donde la droga y otras cosas estaban a la orden del día. Tengo amigos que cayeron. Algunos estuvieron presos e iba a verles, pero necesitaba dejar el pasaporte para poder cenar con ellos. Quién dice que no estuviera coqueteando. Tuve la suerte de jugar al fútbol y quitarme de esas cosas", explicó.
Con 17 años era futbolista de Newell's, que por aquel entonces entrenaba Marcelo Bielsa. En una víspera de partido salió a tomar algo y llegó tarde a la convocatoria del día siguiente. "Bielsa me echó una bronca. Vi a mis padres decepcionados. Me dijo que no le hiciese perder el tiempo a él ni a mi padre. Ya no salí más", aclaró.
Resaltó unos de los momentos más inovidables que tuvo, cuando Maradona se preparó para el Mundial de 1994 en las instalaciones de Newell's: "Para mí era un ídolo. Entiendo lo que es Messi, pero Maradona es indiscutible para una generación. Nos regalaba ropa Puma y aún tengo cosas de él. Éramos sus 'sparrings'. Nos poníamos de barrera en las faltas. Flipábamos".
Tres años después llegó a España para unirse a las filas del filial del Oviedo. Durante su segunda temporada, Luis Aragonés, que era el entrenador del primer equipo, le ayudó a tomar una decisión: "Me dijo, ‘Flaco’, ven aquí. No jugará con el primer equipo, no pierda el tiempo. Váyase a un equipo de capital de provincia, necesitan que hablen de usted".
Hizo caso al técnico y se marchó al Burgos. Allí estuvo tres tremporadas y fue un ídolo para la afición. Luego se fue el Xerez, dónde forjó su amistad con Vicente Moreno. Ambos formaron una pareja recordada en el centro del campo jerecista. Después pasó por el Castellón, Pontevedra, San Fernando y Xerez Deportivo, donde finalmente se retiró.
Pendín contó que actualmente tiene varías fracturas en la cara por la dureza que empeñaba en las jugadas a balón parado. A lo que añadió: "Yo vivía de mis goles de cabeza".