El Olympique de Lyon era lo que los ingleses denominan el 'underdog', el aspirante, ante una Juve que partía de la clara posición del favorito. Pero esto es fútbol, y en 90 minutos puede pasar de todo, como que el equipo que a priori debiera ganar acabe hincando la rodilla porque su rival se aprovechó de un único momento de debilidad.
Así fue. El Olympique de Lyon ganó gracias a un gol de Tousart a la media hora de partido, anotado en un momento en el que, por avatares del destino, la Juve jugaba con un central menos.
Hasta llegar a ese momento el partido atravesó varias fases. La primera fue de dominio visitante. Era lo esperado. La Juventus tocaba el balón, pero sin arriesgar, ante un Lyon muy bien plantado, que no dejaba huecos.
Poco a poco el dominio visitante se fue diluyendo. El Olympique se acercaba en contadas ocasiones a los dominios de Szczesny, pero cuando lo hacía entrañaba gran peligro.
Las ocasiones se alternaban en una y otra área, hasta que una lo cambió todo, el remate al larguero de Toko Ekambi. El ex del Villarreal peinó en el primer palo un córner y el esférico pegó en el travesaño.
Se había salvado la Juve, y esa ocasión le metió el miedo en el cuerpo a los de Sarri. El Olympique de Lyon se vino arriba, envalentonado sobre todo tras ver a su rival incapaz de responder a sus acometidas.
Creyeron los de Rudi Garcia y el fútbol les premió. Su gol llegó, eso sí, jugando contra diez. ¿El motivo? El aparatoso corte en la cabeza que le provocó Alex Sandro a Matthijs de Ligt y que obligó al neerlandés a ser atendido en la banda.
Danilo pasó a ocupar su hueco y Cuadrado, el del brasileño. Y si el Lyon estaba causando estragos por las bandas, lo que hizo Aouar ante un lateral que no es tal, y un central que tampoco lo es, fue un auténtico destrozo.
Entró como el cuchillo en la mantequilla hasta la línea de fondo y desde ahí puso un centro al área que Tousart remató muy bien, imposible de atajar para Szczesny. Saltó la sorpresa en Lyon.
Y la sorpresa pudo haber sido mayúscula, porque desde el gol, en el 31', hasta el descanso, la Juve padeció al mejor Lyon de lo que va de temporada. El partido podría haber quedado sentenciado, pero el poco acierto de los atacantes locales lo evitó.
Sarri puso en orden sus piezas al descanso, y logró parar la hemorragia que estaban siendo los ataques del Lyon por las bandas. Salió la Juve a evitar que esto fuera una catástrofe, y logró recuperar el control del juego.
Aún así, el Lyon seguía teniendo sus ocasiones a la contra, pero era cuestión de tiempo que el campo se inclinase sobre su portería. Los cambios de uno y otro equipo contribuyeron a ello, qué duda cabe.
Sarri quemó sus naves y sacó toda su artillería para tratar de derribar el muro que le había plantado delante Rudi Garcia, pero la 'Vecchia Signora' se estrelló una y otra vez contra los numerosos efectivos que acumuló en su campo, o en su área, el rival.
Los últimos minutos del partido se le tuvieron que hacer eternos al técnico local. La Juve apretaba, apretaba, reclamaba penaltis, asediaba a un Lopes que, la verdad sea dicha, apenas tuvo trabajo.
Dybala, prácticamente inédito durante todo el partido, llegó a marcar, pero en un clarísimo fuera de juego que el asistente de Gil Manzano anuló sin necesidad de la intervención del VAR.
La Juve acabó con Cristiano, Higuaín, Dybala, Ramsey, Bentancur y Bernardeschi en el campo, y ni aún así logró superar la tela de araña defensiva tejida por su rival.
Tendrá que defender el Lyon en tres semanas la corta ventaja obtenida en este encuentro, obligando a la Juventus a ganar sí o sí el partido de vuelta. Un partido que, a día de hoy no se sabe si no se tendrá que jugar a puerta cerrada por culpa del coronavirus, para mayor complicación de la Juventus.