La nueva estrategia de Wenger: de 'llorar' por el presupuesto a traspasos récords

Lacazette está a punto de convertirse en el fichaje más caro de la historia del Arsenal. Aseguran que el delantero francés le costará al club 'gunner' más de 60 millones. Una cifra insospechada hace un lustro para Wenger.
Y no queda ahí el derroche de nuevo cuño del Arsenal: Wenger está 'obsesionado' con Mbappé y el Arsenal está dispuesto a poner más de 100 millones sobre la mesa para llevarse a la nueva joya gala.
Esto choca con la sempiterna austeridad que Wenger siempre ha pregonado para justificar algunas temporadas poco exitosas de su equipo. Aunque la realidad dicta lo contrario, Wenger se mantiene en sus trece: el Arsenal no puede competir con los grandes. "Debemos pagar suelos", dice el entrenador.
Hasta la llegada del alemán Özil en 2013 (el Madrid percibió 50 millones), la inversión más elevada hasta la fecha era la efectuada por el español José Antonio Reyes en 2004 (más de 30 millones). Casi una década entre ambas operaciones. Desde el traspaso del internacional germano, Wenger ha entrado en un frenesí económico.
Chambers, el sexto fichaje más caro, llegó en 2014 por más de 20 millones. Mustafi, quinto, arribó en el Emirates hace un año por 30 millones. Aexis, tercero, aterrizó el mismo año en el Emirates por 42,5 millones. Supera así a Reyes, cuarto. Dos temporadas después, Granit Xhaka llegó a Londres por 45 millones. El suizo se consolidó como el traspaso más caro tras el mecionado Özil.
Y a pesar de esta lujosa inversión (lujosa al menos en función de los austeros términos cacareados por el veterano entrenador francés), Wenger sigue diciendo que el Arsenal es el 'grande' más pobre y no puede competir.
"Lo que me importa a mí es que cuando tienes un club de 600 empleados puedas estar seguro de poder pagarles a final de mes", dijo hace un año. Unas palabras que generaron un torrente de críticas y que provocaron incluso que algún modesto trabajador del club dejara su puesto "para que el señor Wenger pueda comprar más jugadores". La llegada de Lacazette vuelve a desnudar a Wenger.