El que adquiere ser el compromiso de bético o sevillista para toda la vida lleva otro implícito: saber que el otro equipo de la ciudad es el rival a batir. No lo olvida el croata, un gran profesional que está encantando del Barça, pero que no puede olvidar años muy importantes de su vida en el Sánchez-Pizjuán.
Así que la motivación de Rakitic este sábado pasa por sumar un nuevo título a sus vitrinas. No obstante, le provocará un doble fruición la victoria sabiendo que también alegrará el día a más de un sevillista.
En cualquier caso, el Villamarín es un estadio que le trae buenos recuerdos. En las últimas dos campañas ha sido capaz de anotar. Pero no queda ahí el asunto. Es que uno de los Sevilla-Betis más emocionantes que se recuerdan en los últimos tiempos le tuvo de protagonista.
Ocurrió en una tanda de penaltis del curso 13-14. Los dos eternos rivales se vieron las caras en los octavos de final de la Europa League. Tras empate a todo tras 210 minutos de eliminatoria, decidió la suerte de los penaltis. Los dos últimos tiradores fueron Rakitic y Nono.
El croata cumplió con su parte, algo que no hizo el canterano verdiblanco, por lo que avanzaron a cuartos los de Emery. Además, terminaron llevándose el torneo (también en los penaltis) ante el Benfica.
Si se volviera a dar el caso de llegar a los once metros, Valverde ya sabe que en él tiene casi un seguro de vida.