El partido se le puso pronto de cara al Olympique de Lyon. Jugaba contra uno menos desde el 14', y solo seis minutos más tarde marcó el primer gol.
La acción comenzó con los futbolistas del Estrasburgo moviendo la pelota en la medular. Sin mucho criterio, sin las ideas claras. Y en uno de esos pases, el caos.
El pase no fue preciso, y Aouar fue a presionar, a intentar robar el esférico. No llegó a hacerlo, pero pudo meter la puntera y dirigir el balón justo entre los centrales.
Mitrovic y Djiku no fueron rivales para la explosiva velocidad de Memphis Depay, y el neerlandés llegó antes que ellos al balón. Con un toque se adelantó la pelota y con la diestra, ya sin oposición, se la coló a Kawashima por debajo.
El gol fue la puntilla que acabó por hundir a un Estrasburgo que no tardó en encajar el segundo, obra de Toko Ekambi a la media hora de juego, resultado con el que el partido se fue al descaso.