La Ponferradina está de dulce, en un momento espléndido. Los blanquiazules olvidaron la derrota inicial frente al Castellón con una victoria ante el Albacete y confirmaron las buenas sensaciones con una goleada ante el todopoderoso Rayo Vallecano, que recibió una dosis de realidad, por si en algún momento había olvidado lo que era la Segunda División.
El conjunto dirigido por Andoni Iraola volvió a dejar el ataque en manos de Isi Palazón, que demostró, por tercer partido consecutiva, que le sobra calidad para asumir dicha responsabilidad. El murciano, además de Andrés Martín colgando centros a balón parado, fue el único que propuso algo en el cuadro visitante durante la primera mitad.
O, quizás, durante el primer tramo del primer acto, porque la Ponferradina monopolizó el segundo tramo y borró del mapa al Rayo a partir del 23': Óscar Sielva, de libre directo, batió a Miguel Ángel Morro con un disparo que entró cerca de la escuadra. Les funcionó a los blanquiazules la doble barrera que pusieron delante de la de los franjirrojos.
En el 39', Pablo Valcarce recibió un gran envío de Yuri desde el costado zurdo y volvió a batir al guardameta rayista con un disparo cruzado desde la derecha. Y solo seis minutos después, al filo del descanso, Paris Adot puso tierra de por medio instaurando el 3-0 en el electrónico con un zapatazo desde la frontal a la escuadra.
Reaccionó Andoni Iraola tras el paso por los vestuarios y realizó un triple cambio en busca de la reacción de los suyos. Lo logró. El cuadro madrileño despertó y se volcó hacia el ataque... pero se encontró con un equipo que lo bordó en ataque en la primera parte y en defensa en la segunda.
Qasmi, Isi, Andrés Martín... los de Iraola pudieron recortar distancias en más de una ocasión, sí, pero disfrutaron de muy pocas ocasiones de gol para estar durante 45 minutos de juego merodeando el área de la Ponfe. Y los pocos lanzamientos que fueron entre los tres palos los repelió José Antonio Caro, que tuvo un par de fallos a pesar de que no terminó encajando ningún gol.
Los de Bolo incluso se animaron en el tramo final e intentaron hacer más sangre. Casi lo consigue Yuri de Souza, que quería el suyo y se topó en dos ocasiones con Morro. El brasileño no marcó, pero, al igual que Kaxe, completó un trabajadísimo partido desde la sombra, con el mono de trabajo puesto.
Al final, los de El Bierzo cuajaron uno de los mejores encuentros, de largo, que se le recuerdan y se comieron a un Rayo Vallecano que bajó de las nubes y sumó la primera derrota del curso, y la primera con Iraola en el banquillo.