La práctica que secunda la teoría de Zidane

Le costó arrancar, hacer goles y ser el líder de siempre. No tuvo la fortuna de cara al inicio de año, pero Cristiano -a falta de un partido- suma 44 goles en 43 partidos oficiales disputados. Cifras, un año más, alucinantes. Números que obligan a la sonrisa a Zidane, que ha conseguido esta temporada afianzar su estrategia con el portugués.

El francés logró, con mucha paciencia, que Cristiano lograra aceptar más descansos de los que estaba habituado hasta hace un par de años. Antes lo quería jugar absolutamente todo, pero Zidane logró que su estrella pasara por el aro, sabiendo a ciencia cierta que a final de curso lo notaría en su físico.

Ya ocurrió la temporada pasada, en la que Cristiano llegó como un tiro al tramo final. De hecho, sus goles fueron los cimientos ante Bayern, Atleti y Juventus, en este caso en la final. El Liverpool será esta vez su último rival, al que el Cristiano más descansado amenaza.

En sus nueve temporadas de blanco, Cristiano sólo jugó menos en la primera. Eso sí, aquel curso estuvo marcado por la importante lesión que sufrió el luso después de una entrada de Diawara, del Olympique de Marsella. Aquella temporada, Cristiano sólo pudo jugar 2.920 minutos.

Desde entonces, el '7' siempre había sobrepasado los 4.000 minutos, quedándose muy cerca de los 5.000 en la 2011-12. Barbaridades que a sus 33 años ya no puede soportar. Por ello, entre descansos y la sanción de inicio de curso, Cristiano aterrizará en Kiev con 'sólo' 3.588 minutos en sus piernas.

Lo hará con la motivación por las nubes, con el respeto absoluto de sus rivales y con la certeza de llevar al Madrid a la tercera Champions seguida, que sería la quinta de su carrera. Todo antes de un verano que se presenta movido, incluyendo una renovación que aún tiene pendiente.