El fútbol, a pesar de que muchos aficionados, profesionales y eruditos del deporte rey, a veces, demuestren lo contrario, es en su mayoría de ocasiones un deporte caballeroso y marcado por el respeto entre compañeros.
Sin embargo, la idea de un servidor se fue al traste en la vuelta de la Recopa Sudamericana, que enfrentó este miércoles a Palmeiras, campeón de la Libertadores, y Defensa y Justicia, que se hizo el curso pasado con la Sudamericana.
Los argentinos partieron en desventaja al comenzar el choque. Perdieron en la ida (1-2) y la remontada era asignatura obligatoria si querían optar a levantar el trofeo. Delante, uno de los mejores equipos del continente.
La épica creció cuando, en un penalti señalado por el VAR, que avisó al colegiado que fuese a ver una patada de Meza sobre Rony dentro del área, Veiga no falló desde los once metros y abrió la lata para los de Ferreira, que ponían así el campeonato en el bolsillo.
Sin embargo, los de Beccacece, lejos de venirse abajo, siguieron intentándolo e igualaron la contienda en el 30', cuando Braian Romero, goleador y figura del equipo, finalizó una gran jugada colectiva por la banda derecha.
El 1-1 fue el resultado al descanso y el 'Halcón' necesitaba un tanto más para mandar el duelo a la prórroga, pero el 'Verdao' comenzó mejor la segunda mitad. Rony, en varias ocasiones, tuvo en sus botas poner por delante a los suyos, pero el delantero estuvo desacertado de cara a puerta.
Todo cambió en el 69', cuando el árbitro, previo aviso del videoarbitraje, expulsó a Viña por una patada sobre Frías. Con uno menos, a Palmeiras le tocaba aguantar y aguantar hasta el final, pero un obús mandó al sótano cualquier esfuerzo de los brasileños.
Marcelo Benítez, en uno de los mejores goles de su carrera, cazó un rechace de un córner en el añadido de la segunda mitad y, desde más allá de la frontal, empaló el balón con tal potencia que Weverton, aun con la mano tocando el balón, no pudo evitar que la pelota perforase la portería. Euforia en un Defensa que soñaba con el trofeo.
La vergüenza llegó a partir del 90'
30' más de un choque que dejó muchos corazones helados y otros tantos muy vivos. El espectador no podía quejarse, hasta que la vergüenza hecha fútbol -o no- apareció sobre el verde.
Otra vez con el VAR como protagonista, el colegiado señaló penalti a favor de Palmeiras -el segundo del encuentro- después de una mala salida del meta Unsain, que se llevó por delante a Rony.
Tras la decisión del árbitro, todo se desmadró. Ambos banquillos empezaron a enzarzarse en una discusión con más manos que palabras. En una marabunta de futbolistas intentando ajusticiar la 'ley del más fuerte', el túnel de vestuarios también fue un hervidero de tensiones.
Hasta allí se fue Braian Romero, presumiblemente insultado o recriminado por algún rival. Esto encendió al atacante, que fue a buscar al supuesto culpable para que su orgullo quedase intacto. Al final, esa valentía le costó una expulsión y dejó a su equipo con diez, lo que igualó en cuanto a jugadores sobre el verde con Palmeiras.
Una vez se calmaron las aguas, Unsain se puso la capa de héroe y paró el penalti. Desde ese momento, el duelo no tuvo historia hasta que el árbitro decretó el final del tiempo extra y los penales iban a decidir al campeón.
Palmeiras golpeó primero, pero Defensa también acertó. Luiz Adriano marcó la tanda después de fallar el segundo intento del 'Verdao'. Los de Beccacece no fallaron ninguno de sus lanzamientos y dejaron el quinto para los brasileños con un 3-4 muy peligroso.
Weverton, sorprendentemente siendo el cancerbero, decidió tirar un penalti que si fallaba dejaba a su equipo sin trofeo. Así fue. Mandó la pelota a Sao Paulo y puso en bandeja el título para su rival.
Defensa y Justicia se coronó campeón de una Recopa Sudamericana marcada por la vergüenza ajena que provocaron las imágenes de la tangana, tanto dentro y fuera del campo. En una temporada de ensueño para el 'Halcón', el cuadro argentino firma un más que meritorio doblete en el que ambos campeonatos -Sudamericana y Recopa- fueron los primeros de su historia.