La Selección Francesa se encontró con tres puntos por los que nadie hubiera apostado. Llegó al minuto 88 perdiendo 1-0, pero le dio la vuelta al marcador con dos goles: uno justo antes del tiempo añadido y otro, en el 95'.
Fue Infgaterra la que golpeó primero, y lo hizo por mediación de Foden, una de las grandes promesas del Manchester City de Pep Guardiola. El 1-0 llegó poco después del paso por vestuarios y fue un duro golpe para una Francia que vio cómo Henderson paraba un penalti a Dembélé en la primera mitad.
Segundos después del tanto de Foden, llegó un gol de Solanke que fue anulado. Ahí, Inglaterra demostró que quería más, pero en el minuto 64 cambió su suerte por la expulsión directa de Choudhury. La roja dejó a los franceses en superioridad numérica para la última media hora.
La fortuna parecía dar la espalda a los galos, ya que no pudieron ni aprovechar un segundo penalti del que dispusieron en el 66'. Aouar lo lanzó al palo y ahí pareció quedar sentenciado el partido para la negada Selección Francesa.
Pero no fue así, ya que las dos alegrías de galas llegaron prácticamente en el final. En el 89', Ikone consiguió empatar el partido y en el 95', el inglés Wan-Bissaka se marcó un autogol tratando de despejar un remate con espuela dentro del área. El lateral derecho, uno de los jóvenes más cotizados de las islas británicas, fue el verdugo de su propio país y el héroe nacional para una Francia que comienza su andanza en el Europeo Sub 21 con tres puntos.