"Entré de pequeño en la Real y, siendo de Donostia, no hay nada mejor que jugar en el club de tu vida, en el de tu corazón. Por eso, esto es un sueño para mí. No hay nada mejor que seguir cuatro años más aquí... aunque espero que sean más", comentó el futbolista de 26 años.
En un día tan especial para él, echó la vista atrás y recordó con carió cómo ha sido su historia en la Real: "Entré con 13 años al equipo y para un donostiarra esto es lo máximo. Es lo que soñamos todos cuando empezamos a jugar".
Además de mirar al pasado, también quiso fijarse en el futuro: "Viendo las inversiones que está haciendo el club en el estadio y en todo, creo que este es un proyecto muy bonito".
Por último, calificó de "muy positivo" su año en el equipo: "Tuve la confianza de Asier y de Imanol cuando estuve bien y eso me ayudó a seguir creciendo. En estos últimos años no disfruté tanto porque no tenía el protagonismo que quería, por eso esta ha sido una temporada bonita".