El delantero galés no desperdició la primera oportunidad que le concedió el francés y culminó un partido de mucho sacrificio con un buen gol marca de la casa.
Llegó a los últimos compases con la satisfacción de haberlo dejado todo sobre el campo y de haber estado mucho más participativo que en otras ocasiones, ayudando tanto en defensa como estando más presente en labores de creación.
Esta reivindicación conjunta entre Marcelo y Bale llegó poco después del gol de un Isco que no era titular en Liga desde octubre del pasado año y que acabó abrazándose a Zidane y recibiendo una gran ovación de la grada blanca.
Con 1-0 en el marcador y los ánimos más calmados, Marcelo se hizo con el balón y se la pasó al galés, que se encontraba en la frontal. Bale controló con rapidez y se acomodó tan rápida como forzosamente para disparar con su pierna mala, la derecha.
El remate, algo mordido, fue marca de la casa. Bale tiró de disparo buscando el palo e incluso la bola llegó a rebotar en la parte interna del poste derecho antes de besar las redes.