La bomba de última hora de Josep Maria Bartomeu antes de abandonar el Barcelona ha puesto patas arriba el continente. Su anuncio de inscribirse en el proyecto de la Superliga ha enfadado hasta al resto de colaboradores y se ha montado una bola mediática alrededor del asunto.
Son muchas las opiniones, pero hay una muy común entre los detractores y es que este formato cerrado debilitaría los ligas domésticas a nivel económico y por tanto competitivo. El último en sumarse a esta teoría ha sido Arsène Wenger.
Para el ex entrenador del Arsenal, la Superliga Europea sería nefasta para la propia Liga de Inglaterra, a la cual considera a otro nivel: "La Premier League tiene una superioridad sobre el resto y las otras ligas intentan destruir la ventaja que tiene la Premier League".
"Para sus competidores, lo mejor que se puede hacer es crear una Superliga, porque básicamente destruiría la Premier", aseveró el francés, actual director de Desarrollo Mundial del Fútbol de la FIFA.
A pesar de la crítica, su organismo podría apoyar precisamente el proyecto, y recalcó que hay muchos clubes cuyos propietarios son básicamente "inversores": "Su primer objetivo es ganar más dinero, y la Superliga europea es una forma, tal vez, de ganar más dinero".