Las opciones de salvar la temporada para el Olympique de Lyon se agotan y la última baza que le queda es lograr, o al menos intentar, la tercera plaza del campeonato francés, que da derecho a disputar la fase previa de la Champions League.
Con una plantilla ni mucho menos débil, el año de los de Rudi García no ha sido para tirar cohetes. Su principal estrella, el neerlandés Depay, no ha dado todo lo que se esperaba de sí y parecer ser que los rumores sobre su salida lo descentraron un poco. A pesar de ello, el delantero es el máximo goleador del equipo y sin sus tantos otro gallo cantaría.
El Louis II de Mónaco dictaminará la suerte de los lioneses en la Ligue 1, que además podrán cobrarse la venganza tras la eliminación en los cuartos de final de la Copa de Francia por el cuadro dirigido por Kovac.
Es el momento de que el Olymique de Lyon muestre de que pasta está hecho y vuelva al lugar que ocupó años atrás como uno de los equipos más temidos del continente europeo y que siempre daba guerra en el campeonato doméstico.