Se trata de una de las mayores lacras no solo del fútbol, sino del mundo. Hay un cierto sector de los aficionados que recurre a insultos lamentables y descalificaciones del pasado para sembrar el conflicto sobre un campo de fútbol. Las multas suelen ser duras.
Y los nórdicos ya lo saben. La UEFA decidió que el siguiente compromiso de la Selección, que es contra Luxemburgo, se jugará a puerta cerrada. De este modo, no habrá ninguna posibilidad de que entren hinchas con ganas de causar problemas.
Este evento tendrá lugar el 14 de noviembre, pero queda en el tintero el del 17 ante Ucrania, en el que quizá acabe permitiéndose la entrada de público. Se espera que gestos como este sirvan para erradicar la violencia verbal en el planeta balompédico.