En 1968, dos años antes de que se jugara el que oficialmente es el primer partido de fútbol femenino en España entre Sizam y Manscredit, un grupo de chicas de la Rioja en edad de juvenil se unían para jugar partidos amistosos.
Su entrenador, Francisco Sainz de Cenzano, estaba estudiando cuando recibió un permiso de la Federación Navarra de Fútbol (no existía la riojana) para entrenar a equipos de Segunda División regional y juveniles.
De esta manera, se hizo cargo de La Unión, un equipo del llamado Barrio de Ballesteros que jugaba partidos amistosos contra otros equipos de la provincia. La asistencia de los familiares de las jugadoras al Campo de Fútbol de Vistalegre (Logroño) hacían posible que los equipos pudieran pasar una bolsa entre los asistentes pidiendo la voluntad para afrontar los viajes que el equipo tendría que hacer alrededor de la provincia.
Pero, a pesar de ser amistosos, la rivalidad entre barrios estaba a la orden del día. Los enfrentamientos contra el Yagüe en aquellos campos de tierra suponían todo un derbi de esta 'liga' femenina.
A pesar de todo, la aventura de Francisco no pudo durar mucho tiempo y tras haber entrenado al equipo durante dos años, tuvo que dejar esta afición para irse a trabajar.
Ahora, ya jubilado, Francisco recuerda aquellos tiempos con gran admiración y cariño. Él, junto a todas esas chicas de la Unión, son las verdaderas pioneras del fútbol femenino español.