No se podía hablar de favoritismo antes del pitido inicial. Cierto es que Peñarol tenía a su favor la localía, pero en una competición como la Sudamericana, nunca se puede anticipar por dónde iran los derroteros.
En la primera mitad, el encuentro siguió su guion. Los locales apretaron desde el primer momento, imponiendo su juego con mucho balón ante un Deportivo Cali que no tenía ningún problema en esperar en su campo.
Tardaron casi media hora en reaccionar. Cierto es que no sufrieron demasiado, pues las jugadas de Peñarol eran demasiado horizontales y con poca velocidad en la circulación.
Los colombianos apretaron en los últimos minutos de la primera mitad, pero tampoco encontraron premio en sus rápidas salidas al contragolpe. Con el 0-0 llegó el descanso.
Tras la pausa, el conjunto uruguayo encontró ese gol que buscaba. Tras una buena acción por banda izquierda, Lores dejó un buen balón en la frontal del área, donde apareció Canobbio para golpear con la zurda y ajustar su lanzamiento al palo derecho de la portería de Vargas, que no pudo evitar el 1-0.
Y los locales supieron administrar a la perfección esa ventaja. Cuando Cali se disponía a lanzarse a por el empate, llegó el segundo zarpazo de Peñarol. De un veterano como Gargano.
Apareció donde menos se le espera, en el interior del área, para llegar en segunda línea y cazar un balón suelto. Un 2-0 que supuso el 'shock' para los colombianos, que lo intentaron sin éxito en los últimos minutos.
Un resultado que dejó en 3-1 el global y metió a los de Diego López en los octavos de la CONMEBOL Sudamericana.