El inglés sufre una rotura fibrilar en el muslo derecho y no podrá vestirse de corto en los próximos dos meses, por lo que se perderá un buen tramo del inicio de la Premier League.
Además, Lallana no podrá participar en los trascendentales choques de agosto ante el Hoffenheim, equipo ante el que se jugará la clasificación a la Champions League en la fase previa de la competición. Un problema bastante gordo para Klopp.