Son las cinco grandes medidas que Piqué ha llevado o llevará a cabo para hacer grande al Andorra. Todo comenzó con una presentación mediática, por todo lo alto.
No sólo anunció que su proyecto contará con el apoyo de dos grandes del fútbol como Leo Messi y Cesc Fàbregas, sino que lanzó un órdago asegurando que su equipo jugará la Champions.
Mostró las nuevas equipaciones del club, y presentó al nuevo patrocinador, un banco local. Mostró, en definitiva, los trazos de un proyecto de futuro, dejando claro que no es un capricho pasajero.
Otra de sus decisiones ya tomadas fue la de poner al frente del equipo a gente de confianza. Cesó a Richard Imbernón y puso al mando a Gabri y Jorquera, un tándem que logró llevar al Barça Sub 19 a las semifinales de la Youth League, y con experiencia en la élite, en el Sion.
Piqué también saldará las deudas del equipo. El futbolista, respaldado por su grupo empresarial, abonó los 200.000 euros que debía el Andorra nada más desembarcar en el club del Principado.
Pero, además, Piqué se ha comprometido a mejorar las infraestructuras del club, algo que presumiblemente se hará poco a poco, paso a paso.
El central azulgrana prometió fichajes, y en el mercado invernal ya realizó cuatro contrataciones. Adriá Vilanova, hijo de Tito, Fede Bessone, Ferrán Tacón y Rubén Bover llegaron de una tacada, algo que provocó cierta indignación en la Primera Catalana, la categoría en la que milita el FC Andorra.
Y por último, Piqué complementará la inversión futbolística con otras en la región. Por ejemplo, la compra de un hotel en Andorra para convertirlo en residencia de los futbolistas de la primera plantilla.
El tiempo dirá si esta aventura deportivo-empresarial de Gerard Piqué resulta exitosa o un completo fracaso. La ilusión, por el momento, es palpable en el Andorra, y eso ya es mucho.