Su palmarés e historial son envidiables. Santi Cañizares hace tiempo que dejó el fútbol, pero el fútbol no le olvida. Ni él al fútbol, aunque esté apartado del foco mediático. En una entrevista con 'AS' mostró un poco de su lado más humano y menos conocido.
Cañizares da la sensación de ser ahora más feliz que cuando era futbolista. "Ya no hay malos compañeros, todos son buenos o muy buenos porque ya no hay rivalidades ni batallas", empezó diciendo.
"Todo lo que no fuiste capaz de hacer en el fútbol, ya después del fútbol no lo vas a hacer como futbolista", añadió, evidenciando cuál es su filosofía de vida ahora.
Pero hay algo que no puede evitar, el arrepentirse de algunas malas decisiones tomadas en el pasado. "El fútbol es una constante toma de decisiones, algunas son buenas y otras no", dijo.
"Como en la vida, lo importante no es equivocarse sino aprender de los errores y, sobre todo, que los aciertos sean superiores a los errores", agregó a su reflexión.
Intenta ser ajeno al fútbol, pero es imposible. Su hijo Lucas ascendió esta temporada al Real Madrid Castilla. "Todos los niños quieren ser futbolistas; hay una gran competencia por lo que yo le digo a mi hijo es que hay que marcar diferencias y para ello hay que tener más pasión que el resto", reveló.
"Pasión significa no tener nunca pereza para entrenar, recuperarse de un fracaso, concentración, personalidad", apuntó después, enumerando las virtudes que espera haber inculcado a su hijo.
Y también recordó hsata qué punto le llegaba a obsesionar el fútbol cuando estaba en activo. "Mi concentración cuando estaba en la portería llegaba casi a la locura. Me decían que tenía cara de loco", dijo Cañizares, para finalizar.